
Signpost at the US-Mexican border. (Chess Ocampo/Shutterstock)
Para recibir contenido en español directo a tu email, suscríbete al boletín Vegas Somos.
Por décadas, el “sueño americano” fue la brújula de millones: trabajar duro, comprar una casa, criar a los hijos en un lugar seguro y, si la suerte acompañaba, jubilarse con cierta dignidad. Para muchos mexicanos, cruzar la frontera al norte era un salto de fe hacia esa promesa.
En los años 60, en medio de las tensiones políticas que sacudían a México y tras los asesinatos de Martin Luther King Jr. y Robert F. Kennedy, mi papá —un joven de un pequeño pueblo costero— decidió apostar por ese sueño. Décadas después, y a pesar de tantas dificultades, él y mi mamá lo habían logrado: un hogar, trabajo estable, hijos educados. Era su propia versión del ideal.
Hoy, sin embargo, mi sueño es recorrer el camino inverso. Así como lo hicieron mi hermano mayor y mi hermana, que tramitaron la ciudadanía mexicana, yo también planeo dejar Estados Unidos para establecerme en la tierra que mis padres algún día dejaron atrás.
Un ideal que se desvanece
Ese plan del camino ‘inverso’, está creciendo cada vez más. Incluso algunos ciudadanos Estadounidenses están replanteando la idea del ‘sueño americano’.
Pues, en el país que alguna vez se proclamó “la tierra de las oportunidades”, el costo de la vivienda y la salud se dispara cada vez más, la educación pública se deteriora, la violencia armada se multiplica y el racismo se recrudece.
Recuerdo que durante el primer gobierno de Donald Trump mi papá me dijo que, si él fuera un joven en el México de hoy, no emigraría a Estados Unidos. “No vale la pena”, me advirtió. Y ahora, en su segundo mandato, esa convicción es todavía más firme.
No soy la única que lo siente. Vanessa Vásquez, actriz que documenta su mudanza a Ciudad de México, lo resume mejor que nadie: “Es como estar en una relación tóxica: no deberías quedarte en un lugar donde no te sientes respaldado”.
Yo también soy parte de esa tendencia en ascenso. En los últimos 15 años, cada vez más mexicoamericanos buscan la doble nacionalidad o directamente se mudan a México. El fenómeno creció tanto, que en 2016 el gobierno lanzó la campaña Soy México para facilitar el trámite.
Vásquez dice que se siente en paz viviendo en Ciudad de México. “Quizá porque esta es mi gente. No tengo miedo”, confiesa.
Para muchos mexicoamericanos, como yo, vivir entre dos culturas es ya casi un instinto, aunque no por eso deja de ser complejo. En nuestra comunidad —que suma unos 37,2 millones de personas en Estados Unidos— existe un dicho tan célebre como frustrante: “ni de aquí, ni de allá”. No somos de Estados Unidos, pero tampoco de México.
Hoy, sin embargo, esa frontera identitaria empieza a desdibujarse. Cada vez más mexicoamericanos buscamos recuperar raíces y culturas en ambos lados, y con ello surge una posibilidad distinta: la de ser, de verdad, de aquí y de allá.
Recuperar raíces, ganar futuro
El año pasado, Nicole Macías, escritora de Los Ángeles, obtuvo la doble ciudadanía mexicana. Como yo, planea mudarse a México para dejar atrás a Estados Unidos y, sobre todo, para poder prosperar en la tierra de sus padres.
¿Y cómo se ve ese futuro? Bastante prometedor. En México, el acceso a la salud es mucho más asequible y universal que en el norte. El país también ofrece oportunidades de trabajo tanto para estadounidenses como para quienes han sido deportados recientemente. El costo de vida es mucho más bajo que en Estados Unidos y, además, comprar una casa resulta significativamente más barato —y sencillo— cuando se cuenta con la ciudadanía mexicana.
“Estoy soltera”, me dijo Nicole Macías. “No tengo hijos, y aun así jamás podría permitirme comprar una casa en Los Ángeles”.
Agregó algo que me quedó sonando: “Mis hermanos y yo siempre habíamos hablado de la posibilidad de comprar una propiedad para que mis papás pudieran retirarse. Siento que obtener la doble ciudadanía fue el paso correcto. Además, el estado actual del país está realmente demente”.
Conseguir la ciudadanía mexicana no es sencillo; lo comprobé cuando mi hermana pasó por el proceso. Sin embargo, el gobierno mexicano —y hasta algunos tutoriales en línea— ofrece información sobre los documentos necesarios.
Macias investigó con rigor cuál era la mejor manera de obtener la doble nacionalidad y finalmente optó por contactar a Doble Nacionalidad Express, un despacho legal especializado en este trámite entre Estados Unidos y México. Presentó su documentación allí por 350 dólares.
Desde escritores hasta deportistas, un mismo deseo de honrar la historia familiar y recuperar el control de nuestro destino está alimentando este movimiento por la doble ciudadanía.
El exjugador de ligas menores de baseball, Rafael Arroyo, conocido como “Rox”, empezó viajando de ida y vuelta a México como formador de jugadores. Lo hacía tan seguido que alguien le sugirió obtener la ciudadanía para evitar las largas filas en los aeropuertos.
“Para mí lo significa todo”, me dijo sobre la flexibilidad de tener doble nacionalidad. “Entiendo lo que atravesó mi familia. Mi abuelo fue bracero, y mi papá llegó a Estados Unidos, donde trabajó más de cuarenta años como cocinero, con dos empleos, hasta comprar una casa. Todo ese esfuerzo no fue en vano. Yo pude aprovechar sus sacrificios, cuyo propósito siempre fue dar más oportunidades a sus hijos. Ese pasaporte representa generaciones de sangre, sudor y lágrimas”.
El regreso de una generación
La doctora Claudia Masferrer, coautora de El sueño mexicano: estudios sobre la migración a Estados Unidos y profesora en el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México, lleva años investigando a la creciente población de mexicoamericanos que hoy vive en México. Según me explicó, al inicio se trataba sobre todo de jóvenes.
Sin embargo, los estudios muestran un cambio de perfil: si entre 2000 y 2015 quienes se mudaban eran sobre todo niños nacidos en EE. UU., hoy crece el número de adultos de primera generación que busca rehacer su vida en México. La pandemia y el trabajo remoto aceleraron ese flujo, y las redes sociales han hecho más visible que 37,2 millones de latinos de origen mexicano tienen derecho a reclamar su ciudadanía.
En 2023, más de 35.000 estadounidenses de origen mexicano iniciaron el trámite; el 40% tenía más de 21 años.
Aunque muchos de los latinos a los que entrevisté dijeron sentir una especie de liberación al obtener la doble ciudadanía, para Doris Anahí Muñoz la experiencia estuvo marcada por la culpa del sobreviviente. Hace diez años, su hermano fue deportado de Estados Unidos y decidió quedarse en Tijuana, lo más cerca posible de San Diego y de su familia. Doris todavía se quiebra al recordar la primera vez que fue a visitarlo: cuando él tuvo que bajarse de su carro para que ella pudiera cruzar de regreso a Estados Unidos.
“Me rompió el corazón”, me dijo. “Me llenó de rabia. ¿Por qué yo sí podía volver con nuestra familia y él no?”.
Esa sensación de injusticia no la ha abandonado. Al mudarse a México, supo también que dejaba atrás todo el activismo en el que había participado durante años en defensa de los inmigrantes en Estados Unidos. “Antes estaba en la trinchera, trabajando en organizaciones de derechos de migrantes, protestando en las calles. Estar aquí, en México, a veces me hace sentir esa culpa del sobreviviente, porque ya no estoy en la lucha allá.”
Ni de aquí ni de allá… o de ambos
Muñoz reconoce también que el activismo de sus veintes la dejó agotada. Ahora, en sus treintas, una amiga le sugirió cambiar de perspectiva: dejar de pensar en lo que ya no podía hacer en Estados Unidos y preguntarse, más bien, de qué manera podía ser útil desde su nuevo hogar en México.
Pero mudarse a otro país —incluso cuando se trata de la tierra de tus padres— nunca es un tránsito sencillo. Para ella, vivir en Ciudad de México ha sido una experiencia sanadora, aunque no exenta de contradicciones. “Es una espada de doble filo”, resume.
Porque la sensación de “no pertenecer del todo”, tan común entre los latinos en Estados Unidos, también existe en México. Doris lo vivió en carne y hueso cuando un niño notó su acento al hablar español y le preguntó de dónde era. Ante el peso de la gentrificación que recorre la capital, ella sintió la necesidad de contarle toda su historia para explicar por qué estaba ahí. El niño, al final, le dijo: “Ah, eres gringa”. Y ella le respondió con contundencia: “No me llames así. En Estados Unidos no soy una gringa, así que tampoco me digas eso aquí.”
La noción de no ser lo suficientemente estadounidense ni lo suficientemente mexicano sigue persiguiendo a muchos en esta diáspora.
Aun con el juicio de algunos locales, los mexicoamericanos que se han asentado en México están tejiendo comunidad, buscándose entre sí y encontrando formas de hacer más fuerte ese sentido de pertenencia compartido. Muñoz cuenta que lo ha hecho de manera deliberada: procura rodearse de quienes han vivido lo mismo que ella.
“Entre chicanos se da una conexión muy particular”, dice. “Por eso existe la cultura chicana: porque nos sentimos marginados en Estados Unidos y tuvimos que inventar una subcultura para sentir que pertenecíamos a algún lado. Entonces, cuando me encuentro con chicanos en México, me llena de alegría, porque sé que vienen también en busca de sus raíces.”
Quizás ese sea el nuevo sueño: no elegir entre un lado u otro, sino vivir con los pies en dos tierras y el corazón en ambas.

Gov. Lombardo pledged NV National Guard support for ICE. Here’s why that’s concerning
A Nevada state assemblywoman calls Trump’s deportation scheme—an “out of bounds” relic from the past, leading her to question Nevada’s governor for...

Defensores de inmigrantes preparan a familias vulnerables para la temporada de regreso a clases
Mientras muchas familias en Nevada se preparan para el inicio del nuevo año escolar, la Coalición de Inmigrantes de Nevada está insistiendo a los...

Immigration advocates prepare vulnerable families for back-to-school season
As many families across Nevada are preparing for the upcoming school year, the Nevada Immigrant Coalition is urging immigrant parents to create a...

Nevada added to DOJ sanctuary jurisdiction list despite close ICE ties
It’s unclear why Nevada is considered a safe haven for undocumented immigrants, which is at odds with the governor’s push to help detain and deport...

Nevada lawmakers denounce attacks on immigrant community, call for Latino resistance
Lee esta nota en español. Y suscríbete al boletín Vegas Somos. During a community town hall in Las Vegas, Nevada, state legislators issued an urgent...

Legisladores de Nevada denuncian ataques contra comunidad inmigrante y llaman a la resistencia latina
Durante un foro comunitario en Las Vegas, legisladores estatales de Nevada hicieron un llamado urgente a la comunidad latina a organizarse, resistir...